Aca les dejo la otra parte, estoy apurada despues agrego las fotos y la uno con la parte anterior.
Gracias por su visita
—Somos indiscretos. ¿Puede darnos un ejemplo?
—Junto a él me siento muy amada, segura en lo cotidiano, y también la mujer más hermosa del mundo. Convivimos hace tres años y somos muy felices con la vida que elegimos tener. Esa es la razón por la que estamos tan bien, esa es nuestra fórmula. Me gusta cocinarle, mimarlo, organizar cenas en casa con nuestros amigos, y divertirnos. Ir al supermercado y traerle todo lo que le gusta y que él me sorprenda con mi perfume predilecto. Así vivimos y nos amamos.
—¿Siente que es el hombre de su vida?
—Sí, absolutamente. Siento que mi novio es el hombre de mi vida. Soñaba encontrarme con alguien así, siempre fui muy idealista. No quiero que se vaya más.
—¿Qué tal le resultó la experiencia de convivir?
—Convivir es lo mejor que le puede pasar a una pareja. Hay que ahorrarse los pasos. Para mí una pareja debe hacerlo de inmediato. Me parece que nunca terminás de conocer a tu pareja como cuando convivís. Es cierto que soy muy intensa y me gusta ir a lo fuerte, pero me parece un buen consejo. Al convivir una pareja se conoce, se entiende y el proceso es mucho más rápido. Con “el Turco” nos gusta vivir relajados y disfrutar la tranquilidad de nuestra casa. Nos encanta tener largas charlas, compartir el gusto por lo artístico y tocar juntos la guitarra. En casa cada uno hace lo que tiene ganas. Es como una isla. Por eso nos resulta tan buena la convivencia. El problema es cuando chocan los egos. No se trata de ver quién domina más, sino simplemente de disfrutar.
—Entre tanto disfrute, ¿hay planes de formalizar?
—Sí, me caso con el hombre de mi vida (sonríe). Tomamos la decisión, tengo muchas ganas y estoy eligiendo de qué manera será ese casamiento.
—¿Qué tipo de boda sueña tener?
—La verdad es que lo estoy pensando, porque aún tengo muchas ideas en la cabeza. No puedo dar la fecha todavía, pero sé que me quiero casar pronto, es un hecho. Tan lindo es para mí el amor y tan importante el unirme a esa persona que quiero tomarme mi tiempo. Sí me divertiría hacer algo especial. Mi boda será exótica y diferente.
—¿Como casarse en una isla paradisíaca y tener anillos tatuados?
—Sí, podría ser algo así (sonríe). En realidad, soy muy fanática de las sorpresas y prefiero guardarme algunos detalles. Imaginate que cuando le organizo un cumpleaños a mi novio no le digo nada. Y más para una boda. También siento que somos una pareja diferente, y eso me divierte. Creo que mi casamiento también será algo así. Quizá nos vean casándonos en un globo aerostático (risas).
—¿Recuerda el momento en que su novio le pidió casamiento?
—No fue una propuesta dicha con palabras. Recuerdo que estábamos acostados en la cama y de pronto nos miramos y nos dijimos “eso” con la mirada. Después de convivir un tiempo, un día los dos llegamos a sentir lo mismo, y fue una hermosa coincidencia. “¿Estás pensando lo mismo que yo?, me preguntó. Sí, le conteste”, y fue espectacular. Después vino la propuesta muchas veces, como 500. Hubo días que me propuso casamiento, y otros en que lo hice yo. Fueron muchas veces y sigue siendo todo el tiempo. ¡Me quiero casar ya!
—¿También le gustaría ser madre joven?
—Sí, me agradaría serlo. Me parece que la maternidad da mucho poder y me gusta ser una mujer poderosa. Admiro mucho a las mujeres y me maravilla el lugar que ocupan en el mundo. Me gusta que todo se una en un momento: la juventud, la seguridad de una mujer, el amor, y el traer un hijo al mundo. Quiero ser madre joven porque me tocó un amor de joven. Me gusta entregarme al amor, porque cuando eso pasa tu vida cambia.
—¿Qué tipo de mamá se vislumbra?
—Una mamá muy libre, muy activa y súper nómade con sus hijos, porque pienso llevármelos a todos lados. Me imagino una madraza. Quiero darles todo para que disfruten la infancia: los mejores consejos, cocinarles lo más rico, y estar siempre presente. Creo que a los hijos hay que criarlos con amor y no con moral. Conmigo nunca les va a faltar alegría, porque quiero que eso se respire en mi casa, del mismo modo que entiendo que también haya límites. No me gustan los nenes maleducados, ni caprichosos.
—¿Sigue deseando tener hijos mellizos?
—Sí (risas). Siempre digo lo mismo…¡qué aburrida! No, en serio, me gustaría. Tengo hermanas mellizas y mi papá también lo es. Me encantaría criar dos al mismo tiempo. Bueno, como ya dije: Me gustan las emociones intensas.
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